En los últimos años se habla mucho del patriarcado y el machismo, pero muchas personas aún se preguntan qué significan realmente y cómo influyen en nuestra vida diaria. Como psicóloga, quiero explicarte de forma sencilla cómo estas estructuras sociales pueden dejar huellas profundas en nuestras emociones, nuestra autoestima y nuestras relaciones afectivas.
¿Qué significa patriarcado?
La Real Academia Española define el patriarcado como un sistema donde el poder ha estado tradicionalmente en manos de los hombres, ya sea en la política, en la familia o en lo económico. En otras palabras, es una forma de organizar la sociedad que ha colocado al hombre como figura central, y que ha dejado a muchas mujeres en roles de subordinación o dependencia.

¿Y el machismo?
El machismo es una expresión del patriarcado. Se manifiesta en actitudes, comportamientos y creencias que consideran a los hombres superiores a las mujeres. A veces aparece en frases comunes, en chistes, en decisiones cotidianas o incluso en relaciones de pareja, donde se espera que la mujer ceda, cuide, aguante o se sacrifique.
El impacto emocional del machismo y el patriarcado
Estas ideas no solo afectan a nivel social, también lo hacen en lo emocional. Muchas mujeres han crecido creyendo que el amor debe doler o que para mantener una relación hay que dejar de lado lo que una siente o necesita.
En su libro Cuando amar demasiado es depender, la psicóloga Silvia Congost explica cómo algunas mujeres desarrollan dependencia emocional, porque han aprendido a entregarse por completo en sus relaciones, incluso cuando no reciben lo mismo a cambio. Esto puede llevar a relaciones tóxicas, donde se pierde el amor propio y la libertad emocional.
Por otro lado, Sebastián León, en su libro La niñez herida, nos muestra cómo muchas de las heridas que cargamos en la adultez vienen de la infancia. Si desde pequeñas aprendimos que no podíamos expresar lo que sentíamos, que teníamos que obedecer, complacer o mantener la paz a cualquier precio, es muy probable que hoy tengamos dificultad para poner límites, decir que no o reconocer lo que valemos.
¿Cómo sanar estas heridas?
El primer paso para sanar es tomar conciencia. Empezar a cuestionar esas creencias que arrastramos desde hace años y que muchas veces ni siquiera son nuestras. No se trata de culpar, sino de entender. Y desde ahí, comenzar a cuidarnos de otra forma.
Buscar apoyo terapéutico puede ser muy liberador. En un espacio seguro, acompañadas con respeto, podemos empezar a reconstruir una relación más sana con nosotras mismas. Podemos aprender a amarnos sin depender, a decir que no sin culpa, y a priorizarnos sin miedo.
Una invitación
Hablar de patriarcado y machismo no es solo hablar de política o de historia. Es también hablar de emociones, de vínculos, de heridas invisibles que muchas mujeres llevan dentro. Y es también hablar de la posibilidad de sanar.
Si este texto resonó contigo, si sientes que algo de esto te pasa o te pasó, quiero que sepas que no estás sola. La terapia psicológica puede ayudarte a recuperar tu voz, tu fuerza y tu bienestar emocional.
Una invitación personal

Soy Yasmina Hernández Mendoza, psicóloga clínica en el Centro Médico Trizano. Trabajo desde una mirada terapéutica compasiva, con base en la psicología del vínculo y el enfoque de la niñez herida. Te invito a iniciar este camino de sanación emocional conmigo.
Agenda tu primera sesión y da el primer paso hacia una vida más auténtica, libre y en paz contigo misma.