Inteligencia Artificial y Salud Mental: ¿Cómo nos afecta y cómo nos puede cuidar?

En los últimos años, la tecnología ha transformado casi todos los aspectos de nuestra vida. Y ahora también está comenzando a transformar la forma en que entendemos, prevenimos y cuidamos nuestra salud mental.

Hoy quiero contarte cómo la inteligencia artificial (IA), los desarrollos en psicología y neurociencia están abriendo nuevas posibilidades para el bienestar emocional. Pero también quiero compartir las preguntas y precauciones que están surgiendo a raíz de estos cambios, porque la salud mental debe seguir siendo un espacio humano, ético y cuidadoso.

IA en psicología: ¿puede un chatbot ayudarte a sentirte mejor?

Las herramientas digitales en salud mental están creciendo rápidamente: hay apps que evalúan tu estado de ánimo, plataformas que enseñan técnicas para manejar la ansiedad, e incluso asistentes virtuales que «conversan» contigo cuando te sientes solo o estresado.

Sin duda, estas tecnologías pueden ser un apoyo complementario. Son útiles, por ejemplo, para personas que viven lejos de centros de atención, o para quienes están dando sus primeros pasos hacia una ayuda profesional.

Pero también es importante tener presente que:

  • No reemplazan al acompañamiento humano.
  • Pueden generar dependencia emocional si no se usan con criterio.
  • La privacidad de los datos personales debe estar resguardada.ç

¿Y qué pasa con el cerebro? Nuevas tecnologías, nuevas preguntas

La neurociencia también está en un momento de gran avance. Por ejemplo, ya existen dispositivos que pueden decodificar pensamientos internos en personas con parálisis, o terapias que estimulan zonas específicas del cerebro para tratar síntomas de ansiedad o depresión.

Estas tecnologías prometen mucho, sobre todo para personas con condiciones severas. Pero también abren una discusión ética importante: ¿Hasta dónde podemos intervenir el cerebro? ¿Qué significa hacerlo con respeto, cuidado y consentimiento informado?

Así como la tecnología avanza, también debe hacerlo nuestra forma de proteger la autonomía y la dignidad de quienes se benefician de ella.

Conclusión

La IA y la neurociencia están aportando herramientas valiosas para ampliar el acceso a la salud mental. Pero el desafío sigue siendo el mismo: que la persona esté siempre en el centro.

La tecnología puede ayudarnos, sí, pero sin reemplazar lo que más necesitamos cuando atravesamos un momento difícil: la conexión, la contención y el acompañamiento profesional humano.

En el próximo artículo profundizaremos en los nuevos caminos terapéuticos más allá de los medicamentos y en cómo estas tecnologías pueden ser aliadas reales del bienestar emocional. ¡Te invitamos a seguir leyendo!


Damaris Schmidt es Psicóloga egresada de la Universidad Mayor, con especialización en salud mental. Cuenta con un Diplomado en Salud Mental y Psiquiatría y un Diplomado en Salud Familiar con Enfoque en Salud Mental. Además, ha complementado su formación con cursos en Trauma, Disociación y Apego Desorganizado e Introducción a la Teoría Polivagal.