Niñez herida y su impacto en el apego y la dependencia emocional en mujeres

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Descubre cómo la niñez herida influye en el apego y la dependencia emocional en mujeres adultas. Conecta con tu historia y da el primer paso hacia tu bienestar emocional con apoyo psicológico.

Nuestra primera historia de amor: la infancia

Desde pequeñas, comenzamos a escribir nuestras primeras historias de amor. Y no hablamos de relaciones románticas, sino de los primeros vínculos afectivos que formamos: con mamá, papá o quienes nos cuidaron. Esa historia emocional, muchas veces invisible y silenciosa, marca profundamente la forma en que nos relacionamos de adultas.

¿Por qué es tan importante?

Porque esa primera relación es el lugar donde se construye (o no) la autoestima, la seguridad y la capacidad de confiar en otros. Y es también donde, si hubo carencias, se pueden originar heridas que impactan directamente en nuestras relaciones actuales.

¿Qué es una niñez herida?

Cuando hablamos de niñez herida, nos referimos a una forma de trauma relacional complejo. Es la exposición crónica a experiencias que producen un alto estrés emocional y dejan marcas invisibles en el cuerpo, la mente y el corazón.

Ejemplos de experiencias que pueden generar una niñez herida:

  • Malos tratos o violencia intrafamiliar
  • Negligencia emocional o física
  • Enfermedades crónicas sin contención emocional
  • Abandono (físico o emocional)
  • Cuidadores inestables, distantes o poco empáticos.

Estas vivencias hacen que muchas niñas crezcan sintiéndose invisibles, solas, no queridas. Niñas que, aunque ya son adultas, siguen cargando con una sensación de vacío, buscando en el amor lo que nunca recibieron.

Apego: cómo aprendemos a amar

El apego es la necesidad natural de buscar consuelo y seguridad cuando estamos en peligro, tristes o asustadas. Esa necesidad aparece en la infancia, pero también nos acompaña toda la vida.

Tipos de apego:

  • Apego seguro: cuando el cuidador responde con amor y calma frente al estrés. El niño aprende a confiar, a regular sus emociones y a sentirse valioso.
  • Apego inseguro: se desarrolla cuando el cuidador es inconsistente, evitativo o incluso causa más angustia. Esto puede generar:
  • Apego evitativo: miedo a la cercanía emocional.
  • Apego ambivalente: ansiedad constante por la relación.
  • Apego desorganizado: mezcla de miedo y deseo de cercanía.

El tipo de apego influye directamente en nuestras relaciones amorosas adultas. Y muchas veces, sin darnos cuenta, nos vinculamos desde nuestras heridas.

“Así soy yo”… ¿o así aprendí a sobrevivir?

Muchas mujeres que llegan a psicoterapia comparten una historia común: fueron invisibles, desatendidas o desvalorizadas emocionalmente. Aprendieron a no molestar, a esforzarse por ser queridas, a adaptarse para no ser rechazadas.

Con el tiempo, repiten esa historia: se vinculan con personas que no las valoran, que las invalidan o que las hacen sentir pequeñas. Se quedan en relaciones que duelen. Pero no porque quieran sufrir, sino porque eso les resulta familiar.

Dependencia emocional: repetir la historia con nuevos personajes

La dependencia emocional aparece cuando no podemos soltar una relación, aun sabiendo que nos hace daño. Se vuelve una necesidad, un apego desesperado a algo que creemos que nos completa, cuando en realidad responde a una carencia antigua.

Muchas mujeres con baja autoestima eligen a la primera persona que les muestra atención. Y desde ahí, se construye un vínculo desigual, que no nutre, pero que cuesta dejar.

¿Por qué?

Porque se nos enseñó que el amor duele. Que hay que aguantar. Que hay que salvar al otro. Pero el dolor no es amor. Es desamor. Es desconexión con una misma.

¿Se puede sanar una niñez herida?

Sí. Sanar es posible. Pero no se trata de borrar el pasado, sino de comprenderlo y transformarlo. La psicoterapia es un espacio seguro donde puedes:

Comprender tus patrones relacionales

Reconectar con tus emociones

Reescribir tu historia sin vergüenza ni culpa

Construir relaciones sanas, desde el amor propio

¿Te resonó algo de esto?

Es posible que estas palabras hayan despertado algo en ti. Tal vez, por primera vez, entendiste que tu forma de amar no es tu culpa. Es tu historia. Y estás a tiempo de transformarla.

En el Centro Médico Trizano, en Temuco, acompaño a mujeres como tú, que están listas para sanar sus heridas emocionales, reconstruir su autoestima y aprender a relacionarse desde un lugar más libre y amoroso.

Agenda tu primera sesión de psicoterapia

Soy Yasmina Hernández Mendoza, psicóloga clínica en el Centro Médico Trizano. Trabajo desde una mirada terapéutica compasiva, con base en la psicología del vínculo y el enfoque de la niñez herida. Te invito a iniciar este camino de sanación emocional conmigo.  

Agenda tu primera sesión y da el primer paso hacia una vida más auténtica, libre y en paz contigo misma. Sanar es posible. Estás a tiempo. No estás sola.