Parentalidad positiva

¿Te haz preguntado qué tipo de familia quieres formar (o estás formando)? O ¿cómo quiero que mis hijas o hijos recuerden su infancia?

Si la respuesta es positiva, es porque estás reflexionando sobre tu rol y estás interesada/o en querer “hacer un buen trabajo” como madre, padre o cuidador/a. Este es el punto de partida para mejorar aspectos que contribuyan a la felicidad de tus hijas e hijos y de ti misma/o.

Desde un enfoque evolutivo, la familia es un grupo humano que tiene como misión construir un escenario adecuado para el desarrollo de personas y apoyarlas en su proceso de aprendizaje y crecimiento.

La vida moderna nos impone grandes desafíos a la hora de criar a nuestras hijas e hijos: las demandas laborales, las responsabilidades de la casa, tareas y normas de los colegios, los tiempos de traslado, otros roles y funciones que asumen los adultos y niñas y niños, lideando además con la nueva era del internet y redes sociales.

La parentalidad positiva es un enfoque psicológico, relacionado con los conceptos de Crianza Respetuosa, Derechos de la Infancia y Desarrollo Humano. El desafío fundamental de la Parentalidad Positiva es contribuir al bienestar infantil,  a través de un trato amoroso y respetuoso hacia nuestras/os hijas e hijos.

Los 10 principios en parentalidad positiva y buen trato

  1. Los niños y niñas tienen derecho al cuidado y guía apropiados.
  2. La parentalidad positiva se basa en Conocer, Proteger y Dialogar.
  3. El vínculo afectivo es determinante.
  4. El afecto debe demostrarse abiertamente para que las niñas y niños se sientan queridos.
  5. Las normas y límites son importantes, les dan seguridad.
  6. Las niñas y los niños deben participar en la toma de decisiones y sentirse responsables.
  7. Se les puede sancionar cuando se portan mal, pero no de cualquier forma.
  8. El golpe, el insulto, los gritos o amenazas, no son efectivos ni adecuados para criar.
  9. Los conflictos pueden solucionarse sin violencia.
  10. Para que las niñas y niños estén bien, primero las madres y padres deben estar bien.

Para ejercer una parentalidad positiva, se requieren, en primera instancia, ciertas competencias parentales, es decir, actitudes, conocimientos y conductas específicas en los cuidadores, que les permitan responder de forma oportuna y atingente a las necesidades de las niñas y niños.

¿Qué son las competencia parentales?

Tipos de competencias parentales

1. Competencias protectoras: Conjunto de conocimientos actitudes y habilidades parentales, destinadas a proteger y cuidar a niñas y niños, resguardando sus necesidades de desarrollo y garantizando sus derechos.

Ejemplos de competencias protectoras:

  • Proteger su integridad (física, emocional, sexual).
  • Escoger cuidadosamente a los adultos que se relacionan con mi hij@.
  • Conocer a sus amiguitos y sus familias.
  • Prevenir accidentes domésticos.
  • Enseñarle a  cuidarse.
  • Higiene de personas y del hogar.
  • Tener una rutina ordenada y variada.

2. Competencias vinculares: Conocimientos actitudes y habilidades y prácticas parentales cotidianas, dirigidas a promover un Apego Seguro y un adecuado desarrollo psicoemocional en niñas y niños.

Aquí se incluyen los conceptos de Mentalización y Sensibilidad Parental.

Ejemplos de competencias vinculares:

  • Vincularse positivamente con el hij@.
  • Demostrar explícitamente el cariño en palabras, gestos y cercanía corporal.
  • Tener momentos el día dedicados a compartir y jugar.
  • Ponerse en el lugar del hij@, entender qué necesita.
  • Responder a sus requerimientos prontamente.
  • Buscar formas adecuadas de calmarlos.

3. Competencias formativas: Conocimientos, actitudes y prácticas cotidianas de parentalidad, dirigidas a favorecer el aprendizaje y socialización de niñas y niños.

Ejemplos de competencias formativas:

  • Explicar normas de funcionamiento en la casa, en el colegio, etc.
  • Ser consistente con las normas.
  • Educar sobre el bien y el mal.
  • Explicar sobre los errores, que todos los cometemos, y cómo enmendarlos.
  • Fomentar que sea capaz de tomar decisiones

4. Competencias reflexivas: Conocimientos, actitudes y habiliadades cotidianas que permiten pensar y reflexionar sobre la propia parentalidad, monitorear nuestras prácticas parentales y prever desafíos actuales y futuros.

Ejemplos de competencias reflexivas:

  • Ser capaz de reflexionar en cómo estamos criando, y qué podemos mejorar.
  • Ser capaz de evaluar el desarrollo de nuestros hij@s, y saber si es adecuado a su edad.
  • Ser capaz de pedir ayuda y consejo cuando alguna situación nos supera.
  • Ser capaz de diferenciar mis propios problemas y rabias, y no traspasarlos a mi hij@.
  • Permitirme periodos de descanso de la parentalidad y realizar autocuidado.

Lo primordial de las competencias parentales

Entre todos los desafíos señalados, lo ideal es desarrollar de forma adecuada, cada una de las Competencias Parentales, con sus tareas y áreas específicas, es decir, a la vez de poder ser cariñosos, poder atender a las necesidades de nuestras hijas e hijos, protegerlos de peligros, formar en hábitos y valores pro-sociales, y prepararlos para la vida.

La base para desplegar todas estas herramientas, es la Sensibilidad Parental, descrita como aquella competencias que nos permite:

  1. Leer las señales comunicativas de la hija/ hijo.
  2. Interpretar adecuadamente lo que necesita.
  3. Responder de forma oportuna, atingente y cariñosa.

En resumen, Parentalidad Positiva es:

  • Criar con foco en el desarrollo superior de la niña o niño.
  • Cuidar, proteger, atender, amar.
  • Ejercer control y establecer límites fundamentados en la comprensión, comunicación, respeto y el acompañamiento.

Si te interesan estos conceptos, y requieres ayuda para ponerlos en práctica, o para resolver situaciones complejas en la crianza, consulta!


Ximena Moraga Psicóloga en Temuco

Soy Ximena Moraga, Psicóloga Clínica con amplia experiencia en el trabajo con familias. Soy mamá de una niña y un niño, y sí, también me equivoco y me estreso con los desafíos de la crianza, y espero cada día hacerlo mejor que el anterior. Creo en la oportunidad de cambio y de aprendizaje, y en construir junto a mis pacientes, mejores trayectorias para las familias y el desarrollo de niñas y niños felices.