El valor terapéutico del aburrimiento profundo: una pausa necesaria para sanar la mente

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Vivimos en una cultura de la prisa y la multitarea. Entre notificaciones, pantallas y sobreexigencia laboral, el descanso real se ha vuelto un lujo. Cada día atendemos más personas que, sin presentar una enfermedad psiquiátrica definida, llegan con síntomas de estrés, insomnio, irritabilidad, ansiedad o agotamiento cognitivo.

El filósofo Byung-Chul Han, en su libro La sociedad del cansancio, propone una mirada tan simple como radical: la salud mental no depende de hacer más, sino de aprender a detenernos.

La hiperactividad mental: un enemigo silencioso

Byung-Chul Han describe a nuestra época como una sociedad del rendimiento, donde el exceso de estímulos, información y exigencias nos lleva a un estado de hiperatención: una mente saltando de un foco a otro, sin reposo ni profundidad.

En términos clínicos, esta hiperatención es un terreno fértil para el burnout, los trastornos de ansiedad y la depresión reactiva al estrés. De hecho, el Plan Nacional de Salud Mental de Chile señala que el bienestar psicológico requiere una atención integral que considere los factores sociales, culturales y personales del individuo.

El aburrimiento profundo: una forma de descanso mental

En nuestra sociedad, aburrirse parece un fracaso. Apenas sentimos el más mínimo vacío, lo llenamos con el teléfono, trabajo o entretenimiento digital. Pero el “aburrimiento profundo”, según Han y el pensador Walter Benjamin, es el culmen de la relajación espiritual: un estado de calma donde la mente puede procesar, crear y sanar.

Desde la neuropsiquiatría sabemos que el reposo activa la red neuronal por defecto, implicada en la autoconciencia, la integración emocional y la creatividad. Es decir, el aburrimiento profundo es una necesidad biológica y terapéutica.

La atención contemplativa: antídoto contra el estrés moderno

El remedio a la hiperactividad no es la inactividad, sino la atención plena y contemplativa.
Esta forma de atención —base científica del mindfulness— ha demostrado reducir síntomas de estrés y ansiedad según las guías de la OMS (mhGAP, 2016). En la práctica clínica, ayuda a los pacientes a reconectar con sus ritmos internos y a restablecer su equilibrio mental.

“Por falta de tranquilidad, nuestra civilización está cayendo en una nueva barbarie.” — Nietzsche, citado por Han.

¿Cómo aplicar esto en tu vida?

Pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia:

  1. Apaga las notificaciones al menos una hora al día.
  2. Tómate 10 minutos de silencio real, sin pantallas ni tareas.
  3. Da paseos sin auriculares, dejando que la mente divague.
  4. Practica respiración o mindfulness al inicio y fin del día.
  5. Tolera el aburrimiento sin buscar estímulos inmediatos: es tu mente pidiendo descanso

En el Centro Médico Trizano creemos en el valor de la pausa

En un mundo que nos exige estar siempre “encendidos”, detenerse también es una forma de sanar.
El aburrimiento profundo no es improductivo: es un espacio de regeneración mental, de reencuentro con uno mismo.

En el Centro Médico Trizano, entendemos la salud mental como un equilibrio entre el hacer y el descansar.
Nuestros profesionales pueden ayudarte a manejar el estrés, la ansiedad y el agotamiento emocional con herramientas basadas en evidencia y acompañamiento humano.